La marca blanca de la crisis
Echa la vista atrás 15 años: Tu nevera enfriaba yogures Danone, tu lavadora lavaba con Ariel y tus dientes se limpiaban con Colgate.
Echa la vista a ayer: Comes Hacendado, te duchas con Deliplus y lavas la ropa y los platos con Bosque Verde.
Hace 15 años tener marca blanca en la nevera estaba relacionado con el poder adquisitivo del comprador. Llegó Mercadona y se cayó el mito de que comer más barato, suponía menos calidad para convertirse en la solución de muchas familias españolas durante la crisis económica.
Cuando estalló la crisis, explotó la bomba blanca. Su mayor estrategia empresarial fue actuar como la tienda de barrio pero a escala mayor. Se introdujo dentro de las ciudades y de las casas a través de la marca blanca, aquella que nos enamoró por sus buenos precios competitivos, hasta casi monopolizar sus supermercados con sus marcas líderes. El carro de compra ya no dependía del nivel adquisitivo.
Las marcas fabricantes pasaron de ser proveedores de estas cadenas a convertirse en competidores. Se producía el efecto "discriminación antimarca" que poco a poco iba cobrando espacio en los supers hasta llenar la nevera del ciudadano.
Nada es eterno y parece que el auge de las marcas blancas empieza a perder tirón en una sociedad en que la cartera del consumidor está empezando a estar algo más llena y por lo tanto, su actitud de compra ya no es la misma. Ahora en su despensa hay cada vez menos marca blanca. Ya no mira con lupa el precio, ahora busca la calidad.
Las marcas tradicionales, aquellas que han estado toda la vida en las despensas de casa de tu abuela, regresan cuando el mar está en calma. La fidelidad por recuperar ese sabor u olor de la niñez es algo que nunca se olvida.
Todo es una cuestión de marketing. Los estudios han demostrado que "los consumidores se sienten mucho más inclinados a gastar más cuando el producto en cuestión viene acompañado de su dosis de nostalgia".
La logomanía cobra espacio en un terreno consolidado por el bajo precio y la calidad que durante estos años han ofrecido las marcas blancas. Sin embargo, si quieren ver de nuevo su despunte deberán innovar en esta reconquista.